Los Food Trucks, nueva tendencia gastronómica
Comida ‘gourmet’ sobre ruedas
Por: Malena Estupiñán Cruz
Cuando
usted piensa en comida callejera, tal vez, podría generarle desconfianza. Pero,
¿Qué pensaría si le contamos que ahora la comida callejera tiene una nueva
oferta para su paladar?
Los Food Trucks se reúnen en diferentes eventos para ser más visibles.
Los
restaurante rodantes, que venden comida gourmet, se han apoderado de las
esquinas del norte de Bogotá. Con platos mexicanos, americanos, peruanos y
hasta suecos han conquistado el paladar de más de uno.
Para
degustar de la nueva tendencia alimenticia, docenas de jóvenes se dan cita los
viernes en la noche en el Food Truck Park,
un parqueadero –en la calle 82 con
carrera 13– con seis camiones donde se expenden diferentes tipos de comida.
Para Lina Martínez “esta es una idea muy chévere. Las comidas son fuera de lo
usual y, además, el sitio está buenísimo porque es cerca de todos los bares.
Dan ganas de probar en cada uno (de los restaurantes) a ver qué ofrecen”
Los
Food Trucks son un negocio que nació
en las ciudades estadounidenses de Nueva York, Los Ángeles y California, a
principios del siglo pasado, como resultado de dos importantes acontecimientos:
la mezcla cultural de inmigrantes con nativos y el crecimiento de las ciudades.
Los dueños de los restaurantes rodantes aprovecharon, entonces, la oportunidad
y se dieron a la tarea de preparar y vender comidas de origen extranjero.
Con
el tiempo, esta alternativa se fue expandiendo por el mundo entero y hace
aproximadamente un año y medio la idea llegó a Colombia. Hoy, hay en Bogotá
alrededor de 60 restaurantes rodantes ubicados, la mayoría de ellos, en el
norte de la ciudad.
El
negocio de los Food Trucks, es muy
apetecido por los jóvenes que quieren probar suerte al constituir su propia
empresa, y empelarse así por primera vez. Quienes inician en este mundo no son
propiamente chefs. Esa es la historia de Luís Ángel Arroyave, un joven
capitalino que decidió incursionar en el negocio por la falta de oportunidades
en su área de estudio, el Mercadeo y la Publicidad.
En
asociación con dos amigos, Luis Ángel invirtió 60 millones de pesos en un
camión que remodeló para acondicionarlo como un restaurante rodante en el que
vende crepes. Su negocio, City
Crepes, resulta tan rentable que aspira recuperar la inversión, y alcanzar el
punto de equilibrio, en al menos tres meses; es decir, un año después de haber
iniciado las ventas. Y es que las ganancias van de 100 mil pesos, en un ‘mal’
día, a un millón de pesos en una ‘buena’ jornada.
Martina
Wharby, una joven sueca, vino a Colombia porque quería “probar algo diferente”
y al llegar se enamoró de la gente y sus expresiones culturales. Decidió
quedarse y montar junto a una amiga, también del país escandinavo, un
restaurante rodante de comida sueca. Martina suma cuatro meses en Colombia y
afirma que “su negocio es un buen comienzo para construir una gran marca”.
Aunque
los Food Trucks nacen, generalmente,
de la iniciativa de algún joven emprendedor, estas iniciativas están
formalmente organizadas. El promotor del movimiento y presidente de la
Asociación Bogotana de Food Trucks, Luis Fernando Tobaín, cuenta que hace un
año, luego de un evento en el que participó con su restaurante rodante, junto a
otros cinco dueños de camiones, surgió la idea de crear una organización para
“tener alguien con quién hablar, organizar eventos juntos y gestionar los permisos”
requeridos ante la Alcaldía Mayor de Bogotá. A la fecha, este grupo cuenta con
27 camiones afiliados.
Envidias en las esquinas
Aunque
pareciera que en el negocio de los Food
Trucks todo es color de rosa, no lo es. Existen disputas territoriales por
el dominio de algunas esquinas para aparcar los restaurantes rodantes. Tal es
el caso de Luis Ángel, quien meses atrás decidió probar suerte en la Zona Rosa,
pero unas horas después recibió amenazas de muerte por parte de los comerciantes
ambulantes del lugar, que vieron tambalear su negocio. Debido a las intimidaciones,
el propietario de City Crepes trasladó su camión a una gasolinera, en la calle
73 con carrera 13.
Algunos
de los dueños de los negocios de comida callejera están inconformes con los Food Trucks, pues son una gran
competencia, ya que tienen mayores oportunidades al transportarse, dan más
confiabilidad a los comensales por su infraestructura y generan utilidades más
altas.
Carlos
López, vendedor de comidas rápidas por seis años en la calle 85 con 15, cuenta:
“se puede estar vendiendo unos 250, 300 mil pesos en una noche y me queda el 40
por ciento de ganancias, pero (para ello) hay que aguantar sol, frío, lluvia. Muchas
veces llega la policía a hacer operativos y hay que buscar la manera de salir a
correr sin que nos quieten el carro”.
Por
otro lado, López, también asegura que los restaurantes sobre ruedas son una
gran amenaza para ellos porque son muy iluminados y llamativos. “Tienen muchas
luces y traen música y esas son cosas a las que nosotros no podemos acceder con
un puesto pequeño como el que yo tengo”.
Sin
embargo, una ventaja que los puestos de comida ambulante pueden tener frente a
los Food Trucks es la disponibilidad horaria en la que trabajan. Mientras los
primeros trabajan de cuatro de la tarde a cuatro de la mañana, los segundos
cierran por tarde a la media noche, y eso, si cuentan con la ventaja de tener
establecido su restaurante en algún lugar cerrado como el parqueadero de la
Zona T.
Dubán
Carvajal, de 17 años de edad, trabaja en un puesto ambulante de comida rápida
donde la especialidad es la hamburguesa, afirma que “Aquí a la hora que más se
vende es a las tres de la mañana porque todo el mundo sale de los bares con hambre
y quiere comer antes de irse para la casa”.
Jhonattan
Nieto, otro de los propietarios de un puesto de comida rápida del sector, dice
que por esa zona todos los vendedores de esta modalidad de comida, donde los
precios de los productos como los perros calientes o las hamburguesas varían
entre 2.500 y 3.000 pesos, se conocen
entre sí, se apoyan y ayudan con los peligros de la noche y son un grupo muy
unido.
Los
Food Trucks se seguirán imponiendo fuertemente como comida callejera Gourmet en
Bogotá. Los clientes pueden tener la certeza de que cuando consuman comida de
estos restaurantes rodantes, estos están calificados para dar la mejor
atención.